De la coedición
Hoy, a diferencia de ayer, parece que el dinero por adelantado garantiza la fe de algunos editores en unos manuscritos que ya no es necesario leer ni sopesar y sobre los que sus autores no reciben otra información que el montante de la "colaboración" requerida para ponerlos en circulación. Señores, ese es su negocio no el mío, si contribuyen a arruinarlo ofreciendo a los lectores lo que les ofrecen, llenando sus catálogos de obras efímeras, tópicas y llenas de necedades, supongo que habrán calculado las consecuencias (no creo en cambio que su actitud derive de que ustedes estimen que sus lectores merecen precisamente eso, o que lo demandan...)
Creo que cada vez que ustedes (alguno lo hacen, por lo tanto, es posible), experimentados profesionales, apuestan por la calidad y la selección de las obras, y se esfuerzan para que lleguen a los lectores, cumplen con su trabajo y hacen al tiempo justicia con aquellos que nos dedicamos a escribir solo por la necesidad de hacerlo y de conseguir a la postre una obra que merezca el tiempo invertido por el lector en leerla (algunos lo intentamos, por lo tanto, es posible), y, que, junto con los mejores de ustedes, mantenemos viva la luz de la literatura en un universo tan oscurecido por el negocio, si es verdad que el arte es una actitud, la intención honesta, y no solo el resultado conseguido, siempre tan alejado de lo que nos proponemos.
Creo que cada vez que ustedes (alguno lo hacen, por lo tanto, es posible), experimentados profesionales, apuestan por la calidad y la selección de las obras, y se esfuerzan para que lleguen a los lectores, cumplen con su trabajo y hacen al tiempo justicia con aquellos que nos dedicamos a escribir solo por la necesidad de hacerlo y de conseguir a la postre una obra que merezca el tiempo invertido por el lector en leerla (algunos lo intentamos, por lo tanto, es posible), y, que, junto con los mejores de ustedes, mantenemos viva la luz de la literatura en un universo tan oscurecido por el negocio, si es verdad que el arte es una actitud, la intención honesta, y no solo el resultado conseguido, siempre tan alejado de lo que nos proponemos.