Simplificación de razón práctica
Si cada uno de nosotros, obedeciendo una intuición kantiana muy simple, nos empeñasemos en el cumplimiento estricto de nuestro deber y en favorecer, según nuestras posibilidades, la felicidad ajena, cada uno de nosotros tendría a todos los demás, generosos y honestos, velando su bienestar y no solo a uno, egoísta y enojado.