Hacia Thaibinh (25 de mayo de 1954)
En la última foto de Robert Capa todos le dan la espalda y se elejan. Solos o en pareja caminan hacia los árboles y el fotógrafo se adivina quieto, erguido, unos pasos atrás en ese campo de hierba seca que termina en un horizonte blanco de día despejado, a la derecha la tierra se abomba como si fuese la tumba de un gigante. Capa levanta por última vez su cámara aquella mañana de mayo, enfoca a nueve soldados franceses, parte del convoy que avanza hacia el delta del río Rojo, y compone una foto que es premonición de su muerte (en la que ya está su muerte) y de nuestro futuro.